La tentación es parte de la naturaleza humana. Débiles, superficiales, negligentes y a los tropezones andamos en la vida.
Alguien lo expresó de esta manera: “El ser humano es la única criatura que repite conductas autodestructivas”. No vemos lo mismo en los animales. Cuando uno de ellos es maltratado, no vuelve a transitar por el mismo sendero.
Cada tentación trae sus consecuencias y tristemente, luego, nos preguntamos porqué
nos ha sucedido esto.
La vida se rige por principios. Esos principios traen el fruto de bendición. Violar uno
de esos principios trae sus consecuencias dolorosas.
Dios nos creó con la capacidad de discernir, pensar, evitar y caminar por senderos de plena seguridad.
Estas reflexiones durante 31 días serán como ejercicios espirituales para entrenarnos, de tal manera que sepamos evaluar los caminos que tenemos por delante, desarrollar el dominio propio dado por el Espíritu Santo y experimentar en nuestro diario caminar la belleza de la victoria en un campo sembrado de minas.
Es una forma de ejercer el dominio propio. Dominio propio es como un músculo que necesita ser desarrollado a través del ejercicio. Una vez desarrollado nos permite responder adecuadamente a las exigencias de la vida incluyendo entre estas a la tentación.
Espero que sea de ayuda para ti. Con amor de tu hermano y amigo
Serafín Contreras Galeano
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